La Rosa pierde un pétalo
No fue un buen día ni fue un buen momento. No fue buena noche, ni buen lugar ni buen silencio. Pero todo quedó en eso, en ese instante, en ese eterno primer y único minuto. Solo fue eso, un rápido monólogo como despedida, un solitario mensaje de información, y un segundo de silencio. Un lento e interminablemente corto silencio. Porque tu voz volvió a sonar y la tranquilidad que irradia inundó de nuevo el mudo hueco que se había creado en todo aquel oído que ya la estaba extrañando. Porque mucho tiempo ha de pasar para que pueda dormir sin que tu voz me acompañe hasta el descanso. Porque yo y muchos más añoramos el dialogar contigo a altas horas de la madrugada a través de las ondas, aprendiendo y disfrutando. Porque eres un ejemplo a seguir. Por ti.
A Juan Antonio Cebrián (periodista, escritor y voz entre las voces)
La Prospe, Noviembre del 7
2 comentarios
cambiando -
estas cosas pasan siempre.. hay que seguir pa´alante
La niña del mar -